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Dr Fernando Bessone
Hepatitis
“C”
UNA
NOTICIA QUE ALIENTA ESPERANZAS
La hepatitis “C”, ya
casi no se contagia. Ese virus, que fue una verdadera pandemia, causó estragos
en la población mundial. Doscientos millones de habitantes en el mundo son
portadores del virus y un 20% de ellos tiene cirrosis que si no se trata puede
desarrollar cáncer de hígado y, seguramente, requerirá un trasplante hepático.
“Me ha tocado vivir
todas las etapas de la historia de esta hepatitis y veo con felicidad que hoy
tenemos el tratamiento oral efectivo”, sostiene Fernando Bessone, médico
hepatólogo, profesor titular de la Cátedra de Gastroenterología de la Facultad
de Medicina de Rosario dependiente de la UNR.
—¿Cómo se contagia?
—“La hepatitis “C” aguda,
que casi no vemos hoy, se puede contagiar por insuficiente esterilización del
material utilizado con el paciente. Hoy, después de mucho educarnos, hacemos transfusiones
seguras; los odontólogos esterilizan con estufas; tomamos recaudos y así
bajamos el contagio. Por eso no vemos hepatitis “C”. Pero debemos saber que
ésta fue una hepatitis que ya hizo el estrago. Fue una verdadera pandemia en su
momento y sigue siendo la principal causa de trasplante hepático en el mundo.
Se contagia cuando
entra algo contaminado al organismo, como transfusiones de sangre sin recaudos,
pinchazos con jeringas infectadas; por uso
de un cepillo de dientes o por hojas de afeitar que se comparten. Hay 200
millones de portadores en el mundo y el 20% de ellos están cirróticos; y si no
se tratan van a necesitar un trasplante. Son pacientes que tienen mucho riesgo
de desarrollar un tumor primario del hígado”.
—¿Quiénes son las
personas de riesgo que deberían tener más atención?
—“Toda persona que se
transfundió sangre, plaquetas, plasma o factores de coagulación, antes de 1992
tiene la obligación de estar testeado. Tiene que tener un chequeo para virus de
hepatitis “C”.
—¿Qué otras personas?
—“Quienes se hicieron
cirugía cardíaca con circulación de sangre extracorpórea”.
—¿Qué otros?
—“Los odontólogos en
una época, fueron, sin saberlo, quienes colocaban el explorador en alcohol y
para este virus no es suficiente; hoy usan estufas para esterilizar. Un 40 por
ciento de los infectados no tuvo transfusiones, ni tuvo sexo promiscuo, ni se inyectaron
drogas en vena. Esas personas son portadores al ser contagiadas sin
sospecharlo. El virus de la hepatitis “C”,
queda vivo durante diez días pegado en una gota de sangre en la pared. Es un virus
muy resistentes”.
Hay un porcentaje a los
que se puede diagnosticar porque son pacientes que van a donar sangre y se
revela que están infectados y no recuerdan haberse contagiado ni haber
desarrollado enfermedad”.
—¿Para llegar hasta
estos tratamientos debieron pasar por muchas vicisitudes?
—“A partir de los 90
tuvimos el interferón que curaba al 10% de los pacientes; luego vino la ribavirina
(conocida como virazole, es un nucleósido sintético en el que la base
nitrogenada es la tiazolcarboximida, que actúa como antiviral), para usar junto
al interferón y en los años 95/96 se curaba el 40%; y después apareció un
interferón que se daba semanalmente y llevó la curación al 50%. Hace tres años
aparecieron dos drogas que son las precursoras de estas que tenemos hoy y
llevaron la tasa de curación al 75%. Hoy con dos pasillas curamos el 100%”.
—Aparte de su
resistencia, ¿qué otras características tiene el virus “C” de la hepatitis?
—“Es un virus que hace
trampas. Tiene varios genotipos, se
mimetiza y se esconde. Tiene distintas caras.
Hoy tratamos a los
pacientes con hepatitis “C” que fueron evolucionando hasta la cirrosis con dos
drogas; el daclatasvir (es un principio activo aprobado por la Agencia Europea
de Medicamentos y la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados
Unidos, FDA, como medicamento para el tratamiento de la hepatitis C) y el simeprevir
(fármaco antiviral de acción directa con indicación aprobada por la FDA para el
tratamiento de la hepatitis C crónica en el paciente adulto); y hay otra droga
que se llama sofosbuvir (es un medicamento que se utiliza para el tratamiento
de la hepatitis C crónica, en combinación con otros fármacos, no se recomienda
como monoterapia, aprobado desde 2013 en EEUU) que está por entrar. Creo que
para septiembre u octubre vamos a disponer de él, con lo cual podremos
enfrentar todo el espectro de genotipos del virus y llegar a ese 95% 100% de
efectividad anhelado. No debemos olvidar que el paciente que está cirrótico; que, a lo mejor, en un año necesita ser
trasplantado, hoy con este tratamiento, va a poder evitar el trasplante”.
—Se evita el trasplante
pero, ¿qué calidad de vida tendrá el paciente?
—“Si el paciente no
hizo ninguna manifestación propia de la cirrosis, si solamente tiene la
cirrosis compensada, la chance de que no tenga
más ningún evento hepático es muy alta”.
—¿Hay pacientes añosos
que puedan ser tratados?
—“Sí. Vamos a poder
tratar a pacientes octogenarios; que, hasta hace poco era impensado someterlos
a tratamiento.
Agradezco la pregunta,
que es oportuna: Hace unos días atrás, en Buenos Aires, en una charla que dimos
con otros dos expositores, un colega de la ciudad de Córdoba, preguntó a la
mesa, sobre qué conducta se debería seguir en un paciente octogenario. Hasta
hace poco tiempo atrás, nosotros, a esos pacientes, no los podíamos tratar, porque
para esas personas el interferón resultaba peor que la enfermedad. Hoy sí lo
podemos tratar con estas dos pastillas.
También podremos tratar
a dializados, a hemofílicos, a pacientes infectados con el HIV”.
—¿Qué representa para usted,
doctor Bessone, que haya llegado este tipo de solución después de haber vivido
la época donde era muy precario el resultado con los tratamientos que
disponían?
—“A quienes trabajamos
en todo el desarrollo de estos medicamentos nos sorprende llegar a este nivel
de éxito terapéutico. Esto es algo que casi no se ve en la medicina, en el
tratamiento de una enfermedad crónica. Es la primer enfermedad viral crónica
que se cura con pastillas en el ciento por ciento de los casos”.
—¿Se puede caratular a
ésta como una noticia alentadora?
— “Sin lugar a dudas. Me
han tocado vivir todas las etapas de la historia de esta hepatitis y veo con
felicidad que hoy tenemos el tratamiento oral efectivo. Hoy con dos pastillas
se cura la hepatitis “C”, en 12 semanas; en más del 90% de los casos”.
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Recuadro
I
El
sofosbuvir en el mundo
En EEUU este principio
activo fue aprobado en 2013. En India, la Oficina de Patentes, rechazó, días
pasados la petición de Gilead para patentar el medicamento sofosbuvir usado
para el tratamiento de hepatitis C.
El
fármaco oral, que recibió la aprobación en Estados Unidos en noviembre de 2013
y tiene un precio fijado en Estados Unidos de 84.000 dólares para un
tratamiento completo (1.000 dólares por píldora), ha provocado un debate
mundial sobre la fijación de precios de medicamentos con patente. Un estudio de
la Universidad de Liverpool mostró que el Sofosbuvir podría ser producido por
101 dólares para un tratamiento de tres meses. (Fuente: “Comunidad Farmacéutica”
· in Medicamentos, 24/03/2015)
Recuadro
II
Sofosbuvir
en Argentina
En Argentina pacientes
y médicos piden que ANMAT dé prioridad al trámite de aprobación de sofosbuvir,
ya que hay enfermos que lo necesitan con urgencia. Desde el Ministerio de Salud
dicen que el laboratorio adeuda certificaciones. Según la opinión de
especialistas existen ciertos genotipos del virus que ocasionan la enfermedad
que desemboca en la cirrosis, de la que, quienes la sufren, requieren como
única alternativa el trasplante hepático. Hoy el tratamiento más efectivo para
ellos, requiere este principio activo, asociado a daclatasvir y el simeprevir.
Existen ciertos genotipos del virus que solamente responderían a este cócktel
que ha demostrado efectividad en pacientes enfermos con ese tipo de virus,
evitando el trasplante hepático y la mortalidad de pacientes en espera de
trasplante hepático.
Anmat sostiene que el
medicamento será aprobado, una vez que el laboratorio haga llegar la
documentación y las certificaciones que todavía adeuda.
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